Hoy hacemos un paso atrás para recordar algo histórico que cambió el mundo de la criminología: la introducción de la tecnología digital. Algo que muchos damos ya por supuesto, sin tener en cuenta que la criminología ha existido durante mucho tiempo sin la tecnología moderna y había otras técnicas.
Holmes y Floyd
Ordenador más antinguo del Reino Unido |
En el Reino Unido, el primer ordenador de la policía nacional fue desarrollado en los años setenta para que distintos cuerpos accedieran a una base de datos criminales común. En 1987, el Gobierno británico introdujo un sistema informático llamado Sistema Superior y Principal de Investigación del Ministerio del Interior, al que llamaron HOLMES por el famoso detective Conan Doyle. Esto permitió a los equipos de investigación utilitzar la capacidad del ordenador para encontrar a posibles sospechosos o de conseguir una lista de personas con características similares a las que se deducen por las pruebas descubiertas.
En Estados Unidos, el FBI desarrolló un sistema informático de inteligencia artificial con la ayuda del Instituto para el Análisis de Defensa. Lo llamaron Big Floyd, por el jefe de la División de Identificación Criminal, Floyd Clark, que archivaba más de 3 millones de datos pertenecientes al Sistema de Información sobre el Crimen Organizado del FBI.
Los delincuentes más difíciles de identificar y descubrir son los asesinos en serie, que a menudo eligen y atacan a sus víctimas aparentemente al azar. Se están desarrollando dos programas separados para ayudar a los investigadores a generar perfiles psicológicos de los asesinos en serie a partir de los indicios disponibles. La Unidad de Ciencias de la Conducta del FBI maneja uno de estos programas; entre 1979 y 1983 entrevistó a más de 20 asesinos en serie y a sus familias. Se recopilaron perfiles detallados que sirven para identificar a otros individuos con conductas similares. En 1985 se inauguró el VICAP, Programa de Detención de Criminales Violentos, que en este caso archiva detalles de crímenes violentos, archivándolos según las singularidades de cada agresión.
Con todos estos datos y avances, sin duda cada vez se obtienen más rápido la identidad del asesino en serie o si por lo menos el crimen tiene unas características que ya se conocen.