lunes, 3 de octubre de 2011

Se abre el caso

El equipo de la Huella del Crimen os da la bienvenida a este blog sobre asesinos en serie que hemos creado con mucha ilusión. Cada semana analizaremos un asesino desglosando toda la investigación por días:


lunes: recreación narrativa de los hechos
martes: el crimen
miércoles: las víctimas
jueves: el asesino
viernes: la conclusión
domingo: documentos extra


Por supuesto, estamos a vuestra entera disposición. Si tenéis cualquier pregunta, sugerencia, crítica, comentario no dudéis en escribirnos!


Gracias!

Jack el Destripador

NOMBRE
Jack 
FECHA DEL CRIMEN
1888
LUGAR DEL CRIMEN
East End, barrio de Whitechapel, Londres
SINGULARIDAD
Considerado “el rey del crimen”, nunca ha sido identificada y ha sido el referente de otros asesinos


    Calles oscuras, tinieblas alojadas en cada rincón, bares destartalados, burdeles sin alma... un lugar desamparado, arrastrado por la pobreza, bajo el consuelo de una botella de alcohol barato. El barrio de East End, situado en el distrito de Whitechapel, recogía los restos de la pobreza y la delincuencia londinense de 1888.       
       
    El sol emergía tímidamente la madrugada del 31 de agosto y se percibía el crujido de la madera al abrir los porticotes de las ventanas. Un transeúnte despertaba el silencio matutino mientras andaba por las frígidas aceras adoquinadas. Al final de la calle se distinguía el cuerpo tendido de una mujer de mediana edad, aparentemente desmayada.


    Al acercarse, se descubría un cuerpo con el abdomen mutilado y la mandíbula golpeada brutalmente, lo más posible que por una persona zurda. El vientre abierto, la médula espinal, la tráquea y el esófago cortados...
    El cuerpo todavía estaba caliente, tan solo hacía media hora que el asesino había actuado. Silenciosamente, escondido bajo la oscuridad, se había acercado a la víctima, se había colocado frente a ella y, aprovechando su desconcierto, casi la estrangula para asegurarse el silencio. La primera fue Polly, le siguieron cuatro mujeres más y algunas otras no atribuidas al asesino; todas fallecieron entre los muros de esta esfera marginal. 


    El asesino enviaba cartas burlonas a la policía escritas con tinta roja porque “lamentablemente, la sangre de las víctimas se coagula enseguida”. Se hacía llamar Jack el Destripador y nunca fue descubierto. Inteligente, capaz de no dejar pistas y atribuir sus actos a otros, su acción impecable se convirtió en referente para futuros asesinos.

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