lunes, 17 de octubre de 2011

El Hijo de Sam


Nombre
David Berkowitz
Alias
El hijo de Sam
Fecha del crimen
1976
Lugar del crimen
Nueva York. Distritos del Bronx y de Queens
Singularidad
Es un criminal satánico que utilizaba un revolver Bulldog, como si fuera un pistolero.



Donna y Jody eran amigas desde hacía mucho tiempo. Siempre les costaba despedirse, no encontraban el momento de poner punto y final a sus interminables charlas, llenas de risas, susurros y miradas condescendientes. Se veían muy a menudo pero todavía les faltaba tiempo para comentar la jugada de todo lo acontecido entre su pandilla de amigos.

Esa noche de julio las dos se encontraban en el coche de Jody, aparcado enfrente de casa de Donna. Había sido una noche divertida en el bar del pueblo, reían y reían mientras reproducían con gestos cómicos las anécdotas sucedidas. Ya llevaban más de media hora alargando la despedida cuando miraron el reloj, suspiraron y finalmente, se dieron por vencidas: “ya es muy tarde, debemos volver a casa”, dijo Jody.

Mientras Donna daba dos besos a su amiga abrió la puerta del coche y se despidió con un guiño simpático. Al dirigir la mirada hacia su casa vio a su padre que salía de casa a pasear el perro. Ese cruce de miradas le reveló que algo no iba bien, “si tampoco he llegado tan tarde”, pensó, ingenua, Donna. Y no le dio tiempo de pensar nada más, en ese mismo instante apareció de la oscuridad un hombre que sacó algo de una bolsa de papel y le disparó en el cuello, causándole la muerte inmediata.

Todo sucedió muy rápido ante los ojos del padre y de la amiga, el tiempo se colapsó por completo. Jody palideció, la perplejidad del momento la dejó sin respiración. Sufrió una convulsión y su cuerpo se desplomó sobre el volante, presionando, así, el claxon. Las luces del vecindario empezaron a encenderse mientras el asesino, más tarde conocido como el Hijo de Sam, se camuflaba entre la oscuridad e huía.

Según declaraciones posteriores del asesino, durante el día buscaba trabajo pero por la noche se dedicaba a buscar víctimas. Esperaba una señal y oía voces demoníacas que le ordenaban “dar la muerte”.

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