
Aunque muy pocos suicidas usan un arma blanca, también existen estos casos, lo que obliga a los forenses a reconocer los indicios para diferenciar un suicidio de un homicidio. En general, el suicida con arma blanca intenta darse en tres puntos clave del cuerpo: el cuello, para cortárselo, el pecho o el estómago, además de las muñecas.En los casos en los que un suicida se apuñala en el corazón o en el estómago, no suele darse más de una o dos puñaladas. Además, suele quitarse la ropa, y el punto en el que pretende herirse debe estar a su alcance para asestarse el golpe con bastante fuerza. Múltiples puñaladas en una zona bastante amplia a través de la ropa denotarán un caso de homicidio.
Si la muerte ha sido causada por el corte de varias venas...