martes, 27 de marzo de 2012

La investigación Kennedy

En noviembre de 1977, catorce años después del asesinato del presidente John F. Kennedy, corrían rumores insistentes de que en el lugar de los hechos había habido más de un francotirador. Consecuentemente, los fragmentos de bala que se habían recogido en el coche fueron analizados por activación de neutrones. Cuando se bombardea un objeto con neutrones, se vuelve radiactivo, al ser capturados los neutrones por los átomos que forman la estructura del objeto. Estos neutrones emiten rayos gamma que pueden medirse y analizarse para buscar restos de elementos.

Algunos de los fragmentos analizados habían sido encontrados en el cuerpo del presidente; otros, en la muñeca del gobernador Connolly, y el resto, en el coche. En el hospital se encontró una bala intacta en la camilla del gobernador. La composición química de los fragmentos demostró que pertenecían a dos balas: una había herido mortalmente al presidente, la otra había atravesado la muñeca del gobernador. La composición de las balas no era del todo idéntica, pero los expertos llegaron a la conclusión de que seguramente habían sido disparadas por la misma arma. No se encontraron fragmentos de las balas que habían herido al presidente y al gobernador en la espalda. Las pruebas no demostraban de forma concluyente que Lee Harvey Oswald hubiera actuado solo, pero tampoco apoyaban la teoría de otros francotiradores apostados en diferentes lugares.

Por desgracia, se perdió una oportunidad única para obtener datos más fiables y definitivos. Después del atentado, el FBI prohibió, por razones de seguridad, la entrada en la sala de autopsias del fotógrafo forense encargado del caso. Las fotos de la autopsia fueron hechas por un fotógrafo del FBI. Sin embargo, estas fotos no indican qué orificios de bala son de entrada y cuáles de salida; tampoco hay una escala del tamaño de las balas, y los órganos internos no se ven claramente. Por lo tanto, las pruebas no son concluyentes y, ante la ausencia de datos, la teoría de la conspiración no se ha acallado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Evidentemente fue obra del pentagono, primer presidente de los estados unidos en negar al pentagono que el ministro de defensa fuese un interno en el pentagono. Y evidentemente ya se las apañaron para que no existieran pruebas de ello, dando paso asi a la siguiente marioneta que hará de jefe de estado.

Paloma Mazarro dijo...

Muy interesante, desde luego.

¡Un saludo! http://palabrasqueformanrelatos.blogspot.com.es/

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