Esta semana tenemos a un asesino bien singular. Peter Kürten comenzó a asesinar de muy joven, cuando arrojó a dos amigos al Rhin para que se ahogaran. A partir de ahí, los crímenes fueron cada vez más duros y macabros.
Peter Kürten no tiene un modus operandi fijo; lo variaba en función de la víctima. Robaba a las víctimas, las golpeaba salvajemente, en ocasiones torturaba o violaba, y lo más curioso: les chupaba la sangre, literalmente. Mostró las ansias de matar desde muy pequeño, pero su carrera como asesino comenzó cuando empezó a acabar con la vida de las personas que se hallaban durmiendo en las casas que robaba. Violaba, estrangulaba, y se iba. En la navidad de 1913 fue la primera vez que Peter cortó la garganta de una chica i saboreó su sangre (hábito que le dio el nombre de vampiro). Otra singularidad es que Peter sabía bien como no dejar pistas, la policía no sabía nada de él y cuando supo, solamente supo de sus robos, no de sus atroces crímenes.
Más tarde, en 1923, mató a una pareja de novios a golpe de hachazo. En 1929 abusó de una niña de 8 años perdida y la mató con unas tijeras, y por supuesto, le chupó la sangre. Nos encontramos ante un asesino que sentía mayor placer al matar que al violar, por eso sus formas de matar son tan escabrosas. En el caso de una criada, muy similar al modus que usó con la niña, él mismo mandó un anónimo a la policía para que pudieran encontrar su cadáver y enterrarla. Otra curiosidad de su modus operandi es que le gustaba asegurarse de que sus víctimas acababan sepultadas; tenía miedo de que se levantaran y lo fueran a buscar. No solo mató chicas, también chicos y de todas las edades. Abusó de otro niño pequeño y lo quemó con petróleo. Y después de todas estas locuras que cometió, aseguró que no se arrepentía. Como veremos el jueves en su perfil psicológico, los forenses diagnosticaron que no era un demente… Era sencillamente malvado.
3 comentarios:
¡Por favor! ¡Vaya tío! Una persona con sed de sangre, eh?
Yo de este caso os quería recomendar una de las obras cumbres del realismo alemán: 'M, el vampiro de Düsseldorf' del magnífico Firtz Lang.
muchas gracias, Alain! lo tendremos en cuenta para alguno de los especiales que hacemos los domingos!
Vaja... m'interessa això que no és que fos un malalt, sinó que simplement era dolent. Dijous segur que no em perdo l'entrada ;)
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