domingo, 6 de noviembre de 2011

Especial Halloween II: El final del caso de Margarita de Lihory

Hace uno días empezamos el especial de Halloween, (recuérdalo en primera parte Halloween) nuestro colaborador David González Caballero nos ofrece el final del misterioso caso de Margarita de Lihory:



 “En la calle de la Princesa, vive una vieja Marquesa con su hija Margot, a quien la mano cortó. Moraleja, moraleja, esconde la mano que viene la vieja.” Esta canción se cantaba en las calles de Albacete después del incidente en 1954.


Después de ser detenida, la marquesa intentó defenderse en el juicio de tales acusaciones argumentando que las mutilaciones fueron resultado de la devoción que sentía por su hija. La consideraba una santa en vida y como tal sus partes del cuerpo debían ser correctamente conservadas a modo de reliquias tal como se veneran en algunas catedrales de España el brazo incorrupto de Santa Teresa. Obviamente nadie se creyó semejante excusa y el juicio se alargó bastante. Mientras tanto, las investigaciones policiales en la casa proseguían y se iban descubriendo nuevos y más macabros lugares donde incluso los más osados y aguerridos guardias civiles se estremecían al ver semejante panorama.


En el sótano del palacete de la marquesa de Villasante, en el cual, según su mayordomo, pasaba horas y horas, se encontraron decenas de perros, gatos y demás animales en pésimas condiciones higiénicas y alimentarias. Según se pudo saber después del juicio, a la marquesa le gustaba experimentar con ellos para después disecarlos.


Al final se les imputó dos delitos por profanación de cadáver y atentado contra la salud pública y tanto ella como su marido fueron encerrados en el Penal Psiquiátrico de Carabanchel. La famosa espía y aristócrata Margarita de Lihory acabó muriendo sola y en la ruina. ¿Fin? ¡NO! En 1969 el sacerdote sevillano Enrique López Guerrero recibió una carta supuestamente escrita por los extraterrestres de UMMO (quizás el caso más famoso de ufología después del incidente de Roswell y la abducción del matrimonio Hill), donde se refería al palacete de la marquesa como lugar de refugio para algunos de los supuestos “aliens”. Aquí os dejo un extracto del texto:


Nuestra residencia en España fue escogida en una población recoleta: Albacete. Una dama amante de los animales prestó asilo a mis dos hermanos, que, durante su forzoso encierro, pudieron realizar las primeras experiencias psicofisiológicas con mamíferos en la Tierra”.


¿Cómo era posible que ese sacerdote supiese tal información? ¿Era verdad lo que decían los “ummitas”? Pues una base real hay: entre 1.952 y 1.954 residieron en la mansión de Albacete dos médicos de aspecto nórdico llamándose “Framrenberg y Schmidt” (obviamente nombres falsos). La teoría que se barajó en la época es que eran antiguos miembros de la SS que se habían refugiado en España (la red ODESSA dio refugio a centenares de nazis en nuestro país durante la década de los 50) y que por alguna razón habían ido a parar al palacete de Doña Margarita. Conociendo el gusto de la marquesa por lo macabro y lo paranormal, aprovecharon el famoso sótano de los animales para realizar extraños experimentos a los que se sumaba de vez en cuando la propia aristócrata. Se decía que los alemanes estaban probando armas químicas en aquel lugar y que la pobre Margot enfermó al tocar, con su mano derecha, algo con lo que estaban experimentando, provocando su enfermedad fatal. Eso da un motivo a la amputación de la mano pero no de los ojos ni de la lengua. Se sabe que murió de una variante de leucemia. ¿Tal vez una leucemia química? ¿O un virus extraterrestre traído por los “germanos”? Nadie lo sabe.


Pese a ello, la fundación Simón Wiessenthal no encontró datos suficientes en sus archivos como para corroborar que eran nazis de verdad. Finalmente los dos “médicos” se fueron sin dejar rastro tras dos años viviendo en la casa de la marquesa. Nadie supo qué hicieron ni de dónde venían ni a dónde fueron, solo se sabe que tenían alguna relación con las extrañas y macabras acciones que se llevaron a cabo en aquél enigmático subterráneo. 
 
  Al final de esta historia nos quedan demasiados enigmas: ¿Eran científicos del Reich? ¿Eran Extraterrestres? ¿Qué tenían éstos que ver con lo que le pasó a la pobre hija de la marquesa? Este misterio jamás ha sido cerrado del todo puesto que las incógnitas despejadas son más bien pocas. ¿Alguno de los lectores se atreve a solucionar el rompecabezas?







2 comentarios:

Anónimo dijo...

BUENO PUES NO NEGARE QUE ES ESCALOFRIANTE PERO MUY ENIGMATICO MMM...
QUE PENA QUE NO SE SUPO MAS DE ESTE CASO

La Huella del crimen dijo...

Sí, toda una pena. Gran aportación de nuestro bloggero David que nos quiso deleitar con esta historia. Para caso enigmático también el que hemos analizado esta semana, La Vampira de Barcelona. Aver que te parece.

Saludos y gracias.

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